miércoles, 4 de diciembre de 2013

PEÑALBA DE CASTRO Y LAS RUINAS DE CLUNIA

 

        

                                                                         Peñalba de castro
File:Paisage p1.JPG      En el término de Peñalba de Castro se encuentran las ruinas de la antigua ciudad romana de Clunia Sulpicia, una de las mayores y más importantes urbes de la Hispania Romana.
Antes de la llegada de los romanos, Clunia fue un asentamiento indígena de los arévacos, solar de cántabros y vascones.
Antigua ciudad romana de gran importancia y cabeza del Convento Jurídico de la Hispania Citerior. Sertorio resistió en ella a Pompeyo, en el año 72 a.C. Aquí, en el año 69 d.C. Servio Sulpicio Galba se proclamó emperador de Roma.
En esta región se observan dos zonas, ambas en cerros de superficies planas, la primera ocupada por el Alto del Cuerno asiento de la ciudad celtibérica. Al Oeste junto al término municipal de Coruña del Conde, la llamada Muela de 1009 m. Que en su vértice NE nos lleva hasta Arauzo de Torre, donde tenemos otro asentamiento romano en el cerrete llamado el Castro.
La ciudad de Clunia formaba parte de la gran vía del Duero, que va desde Caesar Augusta (Zaragoza) hasta Asturica Augusta(Astorga), uno de los canales vitales de la Hispania Romana. También existirían una red de pequeños viales que enlazarían la capital del Convento Jurídico Cluniense con otra serie de asentamientos como Uxama, Rauda...
Quedan numerosos restos: casas con mosaicos, termas imperiales y el teatro excavado en la roca que es uno de los mayores de España con una capacidad para 9.000 personas.
Se han encontrado en estas ruinas romanas esculturas en piedra y mármol, bronces de arte, vidrios, cerámica y alhajas.

El hallazgo de piezas de orfebrería con simbología cristiana sugiere la existencia en Clunia Sulpicia de una de las comunidades cristianas más antiguas de la Península. Pero la única construcción sacra descubierta es una basílica del periodo visigótico.
 Entrada a la excavación


Las partes mas importantes de esta urbanización romana son:

1.- TEATRO. (siglos I-II d.C.)

Construido aprovechando la pendiente, una gran parte de la gradería, la cavea media y superior, están talladas en la roca viva a la manera de los teatros griegos, la cavea inferior estaría construida en obra de mampostería y se ha perdido totalmente. En la escena, los saqueos y voladuras para conseguir piedra han dejado tan solo en pie el armazón del edificio, una estructura de guijarros y argamasa. Era el de mayor capacidad de cuantos existían en Hispania.

2.- LOS ARCOS I. (siglos I-III d.C.)

Edificio termal de esquema simétrico, con los ámbitos principales, Palestra, Apoditerio, Frigidario y Tepidario desdoblados a partir de un eje longitudinal formado por el caldario y el espacio central comprendido entre las Palestras donde se encontraría la Natatio. El ingreso monumental consta de un pórtico semicircular columnado que comunica con el exterior. Completa el edificio un conjunto de habitaciones a ambos lados del Caldario de funciones difíciles de explicar y unas letrinae con amplio desagüe. El conjunto muestra diversas fases y reutilizaciones con una función distinta a la de baños de su origen, quizás como centro de fabricación de cerámicas hasta muy entrado el siglo V fecha de destrucción del conjunto.

 Termas "Los Arcos" I

3.- LOS ARCOS II. (siglos I d.C.)

Edificio termal no excavado en toda su extensión por lo que no se conoce completamente su planta. Estaría constituido por una Palestra que daría acceso a un Apoditerio octogonal y desde el que se pasaría al frigidario, tepidario y caldario cada uno con sus respectivas piscinas, en ultimo lugar tendríamos una habitación circular con una fuente en el centro la sudatio, una especie de sauna.

4.- CASA Nº 1. TARACENA. (siglos I-IV d.C.)

Esta casa excavada por Taracena en los años 30 y reexcavada por Palol nunca ha podido ser correctamente interpretada. Presenta varias fases con múltiples y profundas transformaciones, la última de ellas fechada en el s.IV. Llama la atención el grupo de habitaciones subterráneas así como el conjunto de mosaicos de las habitaciones centrales.

 Mosaico central en la casa 1

5.- CASA Nº 3. (Siglos I-V d.C.)

No se conoce en toda su extensión, faltando de excavar su mitad NE. En la parte NO, en un primer momento tuvo que ser modificada al construir el Foro y posteriormente al construir el Macellum y ya en época medieval la Ermita. Algunas de sus habitaciones disponían en sus paredes de pinturas y mosaicos de los que se conserva algún ejemplo.

Casa Nº 3. Mosaico

6.- CASA TRIANGULAR. (siglo III d.C.)

Ocupa el espacio libre entre el decumanus, (calle de N a S de la ciudad) de la casa nº 3 y el del Foro, por lo que debería de considerarse posterior a este ultimo. En una de las habitaciones dispone de un mosaico en blanco y negro que enmarca la base de una estructura a modo de pedestal.

7.- EL FORO.

Basílica.
Excavada en su mitad E, se supone que ocuparía toda la anchura del Foro, comunica con la plaza, a través de tantas puertas como intercolumnios, es un edificio de tres naves, en la central se situaría el tribunal. En el lado N se adosan a la Basílica el Aedes Augusti y una serie de habitaciones de imprecisa función.


Templo.
Situado en el extremo S del eje del Foro, se conservan las hiladas inferiores, basamentos y molduras de su fachada, tiene planta rectangular absidiada en su parte posterior. El acceso a la parte superior del podio se realizaba por ambos lados de la fachada desde atrás.
Tabernae.
Por el momento solo se conocen las de la parte oriental del Foro, por delante de ellas discurría un gran pórtico columnado.
Templo Tripartito.
Ocupa el espacio de tres tabernae. Las paredes estaban recubiertas de placas de mármol y estucos pintados. En su interior, se han encontrado numerosos fragmentos de esculturas.

8.- EL MACELLUM. (siglo I d.C.)

Su peculiar planta en forma de botella, deja identificar un gran acceso por el N a través de un pórtico de cuatro columnas, en su interior una serie de basas repiten la forma del edificio como si constituyeran un gran peristilo. No se conoce con precisión la función de este edificio, podría tratarse de un mercado.
Para mas información sobre Clunia podeis visitar las páginas web:
Asociación Cultural Clunia Sulpicia - Festival Juvenil de Teatros Grecolatino de Clunia: http://www.cluniasulpicia.org/
 
                

RESTAURACION DEL TEATRO ROMANO DE CLUNIA

    

Vista general del Teatro

La restauración del teatro se realiza de manera que, sin perder el carácter evocador de la ruina y manteniendo la autenticidad de los escasos restos, el edificio recupere su espacialidad, parte de su función y se haga comprensible a aquellos que lo visitan de nuevo.
RESTAURACIÓN DEL TEATRO ROMANO DE CLUNIARESTAURACIÓN DEL TEATRO ROMANO DE CLUNIAEvitando la obvia translación literal de las formas prístinas, la intervención utiliza  elementos arquitectónicos superpuestos, reversibles, identificables y compatibles constructivamente. Se pretende reconfigurar el teatro como una nueva unidad arquitectónica en la que los restos originales junto a la arquitectura añadida muestran al espectador la magnitud del pasado. A tal efecto se ha delimitado su perímetro mediante una pasarela semicircular de madera ocupando la posición del pórtico superior. Se ha recuperado el espacio mediante la construcción de muros de gaviones y taludes vegetales y se han situado los accesos a las cáveas  y escaleras allí donde estaban en su posición original. Toda la operación se ha hecho con materiales compatibles y reversible y ha permitido conservar lo original como parte del todo evitando su desgaste al restringir su acceso.
RESTAURACIÓN DEL TEATRO ROMANO DE CLUNIARESTAURACIÓN DEL TEATRO ROMANO DE CLUNIAEl hecho de que ya se puedan realizar determinadas actuaciones teatrales o musicales en un espacio concebido en origen para tal fin, hace que el teatro de Clunia continúe  siendo un edificio vivo, asumiendo la declaración de Segesta, en donde, al amparo de la UNESCO, se animaba a mantener el uso escénico en los antiguas teatros clásicos, haciéndolo compatible con la conservación del valor arqueológico. Por tanto, y con la intención de abordar los dos aspectos fundamentales que se derivan del teatro, es decir, su investigación arqueológica y su consolidación, como espacio arqueológico-escénico, se han realizado una serie  de actuaciones que permiten un rescate mayor del edificio romano. Se ha dibujado una nueva imagen que permite el uso y la comprensión del Teatro. Esta imagen es el resultado de un debate rico, realizado durante años entre los responsables científicos del yacimiento, los responsables de la Excma. Diputación Provincial de Burgos de la cual depende el Yacimiento Arqueológico de Clunia y la Junta de Castilla y León. Por tanto es fruto de un acuerdo entre todos los agentes que participan en la tutela de este preciado edificio que a medida que más conocemos más nos sorprende por su calidad arquitectónica y por la capacidad que tienen sus restos de transmitir la presencia culta de nuestros antepasados romanos.
Es evidente que este acuerdo pasa por entender las diferentes funciones que el teatro juega en la actualidad. La necesaria presencia material de sus restos como testimonio del pasado y su posibilidad de ser visitado, La capacidad evocadora de un espacio aún útil en la función para la que fue diseñado, la necesidad de su puesta en valor de manera que se pueda transmitir lo que los investigadores han descubierto de su aspecto original, son algunas de las cuestiones que se trata de concilio.

            EN LAS FOTOS SE DEMUESTRAN LAS DIBERSAS FASES DE LA MODIFICACION


                                                                                                               .

ENLACES DE CLUNIA


                  
                       LIMITES Y EXTENSIONES DE ENLACES


En esta pagina encontraran, toda la clase ENLACES  relacionados con Clunia, y todas las ciudades,
Romanas instaladas en España, por ejemplo Peñalba de castro Coruña del Conde. etc. etc 






Límites y extensión

La provincia Hispania Citerior Tarraconensis, en su momento de mayor extensión, abarcaba unas dos terceras partes de la Península Ibérica, y comprendía las regiones al norte y al sur del Ebro, desde los Pirineos al norte hasta Sagunto al sur, el valle de Duero, excepto la zona de su orilla meridional entre el Tormes y su desembocadura en Cale (Oporto, Portugal), los valles del Tajo y del Guadiana hasta los límites con la Lusitania, y el extremo oriental de Andalucía, al este de la frontera de la Baetica que discurría desde Cástulo (Linares), pasando por Acci (Guadix) hasta La Bahía de Almería,[3] quedando estas zonas (que durante varios años pertenecieron a la Baetica) en territorio tarraconense; al este limitaba con el mare Nostrummar Mediterráneo–, y al oeste con el océano Atlántico y al Norte con el Cantábrico y la cordillera de los Pirineos, que la separaba del sur de la Galia, es decir, de las provincias romanas de Aquitania y Galia Narbonense.
Con una extensión aproximada de 380.000 km² y una población estimada en 3 ó 3,5 millones de habitantes (con una densidad media de 8 ó 9 hab/km²), la Tarraconense fue probablemente, en la época de su creación, la mayor provincia del Imperio.[4]
De la Tarraconensis, fueron escindidas posteriormente Gallaecia y Carthaginensis, ambas por Diocleciano a finales del siglo III, y a finales del siglo IV la Balearica de la Carthaginensis, siendo transformadas en provincias independientes.

Hispania según la división provincial romana de 27 a. C.

Organización administrativa

Por un acuerdo de Augusto con el Senado, tomado en 27 a. C., la Tarraconense fue una provincia imperial, al igual que la Lusitania, mientras que la Bética quedó como provincia senatorial; la Tarraconensis tenía rango consular, mientras que las otras dos provincias eran de rango pretorio.[5] [6]
Al frente de la Tarraconensis se encontraba el gobernador de la provincia –legatus Augusti pro praetore provinciae Hispaniae Citerioris Tarraconensis–, quien, dado el carácter consular de la misma, era un senador de rango consular, cuya sede se encontraba en la capital provincial, la colonia de Tarraco. En época de Augusto y Tiberio, según también indica Estrabón,[7] tenía como subordinados a tres legados al frente de tres legiones, que fueron reduciéndose a dos bajo Calígula y a uno a partir de Nerón.
Las grandes dimensiones de la provincia determinaron que, en algún momento entre Tiberio y Claudio, el gobernador recibiese como auxiliares en la administración de justicia a siete legados, llamados legati iuridici (sing. legatus iuridicus), que fueron puestos al frente de sendos conventus iuridici. Estos legati eran nombrados directamente por el emperador. Los siete conventos jurídicos de la provincia, de E. a O. y comenzando por el de la capital, fueron:

División de Hispania en provincias y conventos.

El arco de Medinaceli que tal vez señalaba el límite entre el Conventus Cluniensis y el Caesaraugustanus.

Inscripción votiva CIL II 2552 erigida en honor de Júpiter, del águila de la Legio VII Gemina por la salud de los emperadores Marco Aurelio y Lucio Vero procedente Villalís (León), en la que, entre otros cargos, aparece como dedicante el procurator metallorum y liberto imperial Hermes.
En cada una de las sedes conventuales se organizó el culto imperial, dedicado al Genius Augusti y a los emperadores divinizados, con un sacerdocio propio, masculino –flamines Augusti– y femenino –flaminicae Augusti–, elegidos de entre las élites de las comunidades privilegiadas –coloniae et municipia– de la provincia. Anualmente se designaba de entre ellos a un flamen y a una flaminica –no era extraño que fuesen matrimonio– para ocuparse del culto imperial a nivel provincial, desempeñando sus funciones en el foro provincial de la capital de la provincia, Tarraco.
La administración fiscal de la Tarraconensis, por su parte, dependía de un procurador imperial –procurator Caesaris–, nombrado directamente por el emperador de entre los miembros del ordo equester, cuya sede también se hallaba en la capital de la provincia, y cuya misión era supervisar la recaudación de impuestos de toda la provincia. Sin embargo, a partir de finales del siglo I o comienzos del siglo II, la zona de minería aurífera del noroeste de la provincia empezó a ser administrada por un procurador específico –procurator metallorum–, cargo desempeñado normalmente por un liberto imperial, que tenía su base en Asturica Augusta, capital del conventus Asturicensis. Los procuratores dependían directamente del emperador y no del gobernador provincial, aunque, evidentemente, ambos cargos debían colaborar para la correcta administración de la provincia.

El tejido urbano de la provincia[


Distribución provincial de Hispania en 10, con el trazado de las principales calzadas y las ciudades más importantes
El último escalón de la administración del Imperio Romano estaba formado en todas las provincias por las ciudades (lat. civitates), organizadas políticamente a la romana (coloniae, municipia) o de manera tradicional, conservando las instituciones prevías a la conquista romana, aunque, en este último caso, con la directa supervisión de los gobernadores provinciales. El grado de autonomía de estas comunidades, tanto romanas como indígenas, era bastante alto, y, en general, podían resolver sus asuntos sin excesivas intromisiones de los gobernadores provinciales. Las comunidades indígenas tendían, progresivamente, a asimilar sus instituciones de autogobierno a las de los municipios y colonias romanas, aunque la principal diferencia entre ambos tipos de comunidades era la aplicación de la legislación romana, obligatoria para los ciudadanos de colonias y municipios, orientativa para las no romanas, excepto en las relaciones con el poder imperial y con ciudadanos romanos particulares, casos en los que la legislación romana se aplicaba por encima de los derechos locales.

Lucerna romana del siglo I procedente del Municipium Urbs Victrix Osca, la actual Huesca, que denota un alto grado de implantación de la romanidad en el valle medio del Ebro.
Según los geógrafos antiguos Estrabón, Plinio, quien fue procurator de la provincia, y Ptolomeo, el número de ciudades de la Tarraconensis era considerable, sobre todo en el valle del Ebro y la costa del mar Mediterráneo, reduciéndose su número a medida que se avanzaba hacia el Norte, hacia la costa del Cantábrico, y hacia el Oeste, hacia la futura Gallaecia.
Sin contar las comunidades que existían en las Islas Baleares, Plinio afirma[8] que:
nunc universa provincia dividitur in conventus VII, Carthaginiensem, Tarraconensem, Caesaraugustanum, Cluniensem, Asturum, Lucensem, Bracarum. accedunt insulae, quarum mentione seposita civitates provincia ipsa praeter contributas aliis CCXCIII continet, oppida CLXXVIIII, in iis colonias XII, oppida civium Romanorum XIII, Latinorum veterum XVIII, foederatorum unum, stipendiaria CXXXV.
C. Plinio Secundo. Naturalis Historia III, 18.[9]
Esto significa que en los 7 conventos jurídicos que integraban la provincia Tarraconensis existían 293 ciudades, aparte de las comunidades o ciudades contributae (dependientes de otras), de las que 179 tenían un núcleo urbano –oppidum–. Las ciudades estaban a su vez divididas, según su estatuto, en 12 colonias, 13 ciudades con pleno derecho de ciudadanía –oppida civium Romanorum–, 18 municipios de derecho latino antiguo, 1 ciudad federada –aliada sin derecho de ciudadanía– y 135 ciudades tributarias o estipendiarias. Las otras 114 eran civitates o comunidades sin oppidum, como la mayor parte de las de los conventos del Noroeste y del Cluniense.[10]

Retrato del emperador Vespasiano en un denario, quien extendió la ciudadanía latina a todas los comunidades hispanas con el Edicto de Latinidad de 74.
Las comunidades privilegiadas de la provincia Tarraconensis de origen cesariano, triunviral o augústeo, colonias y municipios, fueron adscritas a la tribu Galeria, excepto Caesaraugusta, que lo fue a la Aniensis.
Según nos informa Plinio el Viejo, el siguiente cambio de importancia fue la concesión por el emperador Vespasiano a toda Hispania del derecho latino.
Universae Hispaniae Vespasianus Imperator Augustus iactatum(¿s?) procellis rei publicae Latium tribuit.
C. Plinio Segundo. Naturalis Historia III, 30
Así, en el año 74 d. C.[11] Vespasiano, mediante el Edicto de Latinidad, otorgó la ciudadanía latina menor –ius Latii minor– a todas los comunidades de Hispania, lo que permitía obtener la ciudadanía romana a todas aquellas personas que hubieran desempeñado magistraturas municipales –duovirato o edilidad– en su comunidad, una vez que fuera transformada en municipio por orden imperial, mientras que el resto de los habitantes adquirían la ciudadanía latina, que les permitía gozar legalmente del derecho de hacer negocios de acuerdo con la ley romana –ius commercii– y de casarse a la romana –ius conubii–, en iustae nuptiae.
La concesión de este derecho fue aprovechada por bastantes comunidades estipendiarias y contributae de la Tarraconensis para transformarse en municipios, como es el caso de Nova Augusta (Lara de los Infantes, Burgos), Bergidum Flavium (Torre del Bierzo, El Bierzo, León), Segovia, Duratón (Segovia, ¿tal vez Confluenta?), o Aqua Flaviae (Chaves, Portugal), por citar unas pocas. Los ciudadanos romanos así promocionados en todos estos nuevos municipios fueron adscritos a la tribu Quirina, y así lo hacían constar en la origo dentro de su nombre.

Acueducto romano de las Ferreras o Pont del Diable, que abastecía de agua a Tarraco, la capital de la provincia, desde época de Augusto.

Teatro romano de Caesaraugusta, capital de un conventus iuridicus, edificado bajo Augusto y Tiberio para dotar a la ciudad más importante del valle del Ebro

Restos de una casa romana en Vareia (Logroño).

Teatro romano de Clunia Sulpicia, edificado bajo Tiberio para monumentalizar la ciudad más importante, junto con Asturica Augusta de la cuenca del Duero, capital del conventus iuridicus más extenso de Hispania

Acueducto de Segovia, edificado bajo Domiciano y remozado bajo Trajano, dentro del proceso de municipalización flavio en toda Hispania, proporcionó a este municipio un elemento singular a la par que útil

Detalle de las ruinas de Iuliobriga, la ciudad más importante de la Cantabria romana, apreciándose aún las columnas de los pórticos que marcaban su Decumanus Maximus.

Torre de Hércules, faro romano construido en el siglo II en el Municipium Flavium Brigantium en La Coruña.

Puente de Trajano en Aqua Flaviae en el que la inscripción llamada cadrao dos pobos indica que su construcción fue sufragada por 10 comunidades de la zona y construido con ayuda de la Legio VII Gemina
Las principales ciudades, de fundación romana ex novo o con origen griego –las menos– o prerromano, de la provincia